sábado, 6 de diciembre de 2008

Baudelaire y Hölderlin un nexo improbable

La necesidad de tratar de dar inicio a un estudio comparativo entre las letras de Charles-Pierre Baudelaire y Friedrich Hölderlin, me ha orillado a investigar la comprensión del pensamiento humano mediante el tratado de lecturas que abordan el tema filosófico y de manera casi obligada y de diferentes formas la existencia humana.

Por una parte está la locura y la depuración en la subjetividad romántica que maneja Baudelaire, donde en una mera realidad plantea un contexto de ensueño donde existe y se sobrentiende una singularidad y una actitud narcisista en un sentido totalmente negativo; estas mismas razones tejen la inadaptación y el desequilibrio.

Por la otra está la sobria divinidad de Holderlin. Plantea una cuestión que ha significado desde el año 1800 hasta las era moderna que nos acontece, ¿Cuál es la tarea del poeta en los tiempos de crisis? esta pregunta que va ligada de la existencia humana a la incierta evolución del pensamiento del mismo.

Entonces como tratar de crear un puente invisible o un nexo meramente literal entre estos dos escritores, si los temas que parcialmente se leen; no se correlacionan, primeramente por la estética y el ritmo ya que cada poeta lo maneja diferente y por otra el empleo de la melodía y la metáfora; los dos poetas van por la misma línea: el humanismo y el significado de tal.

La cuestión meramente en el intento de crear una conexión ilusoria entre Baudelaire y Holderlin me ha llevado al borde de comparar verso con verso, pues que si se lee la ideología que sigue en cada línea cada poeta no camina en la misma ruta pero si van mas allá que el mismo sentido.

En otras palabras lo que trato de explicar es que aun así teniendo noción que los poetas son de diferentes corrientes literarias, estos no chocan por totalidad en sus líneas, hay un nexo casi probable si se analiza de alguna forma parte de las letras de estos escritores.

La sobriedad de la virtud y alguna que otra mascara es nuestro verdugo o el ser rebelde por defecto. ¿Pero rebelde con quien? Léase el siguiente pedazo del poema que se llama “Embriagaos” de Baudelaire:

“…Siempre hay que estar ebrio. Es lo importante, la única cuestión. Para no sentir el horrible fardo del tiempo que destroza el hombro y os doblega hacia el suelo, os tener que embriagar siempre. Pero ¿con que? Con vino, con poesía o virtud, como queráis. Pero embriagaos.”

Aquí E (el hecho de estar) choca con el elemento S (ser) y T (el tiempo) funciona como signo de alguna incierta complicación existencial. H (hombro, representante de toda la anatomía corporal) se interrelaciona con los elementos E y S para terminar siendo el motivo de E, “estar” P (Poesía, Irrealidad) es el pretexto de E para que después termine con el lio de S.

Hay un reclamo implícito hacia lo intangible e invisible pero que se sabe que existe, como lo es el tiempo, y esa idea tiene tonos de rebeldía hacia lo que impone, y termina por dictar alguna desgracia humana como el envejecimiento y el olvido.

Pero viene el meollo del asunto, cuando se trata de comparar con algunos versos de Holderlin donde el humanismo se hace notar desde las primeras letras, ya que en su poesía los hombres se reúnen en base a su existencia. En donde se llega y se logra un reposo, pero no el reposo de la inactividad del pensamiento, si no el reposo infinito en donde todas las relaciones, energías que parten a partir de la re-evolución del pensamiento están en constante movimiento. Nótese en: (la carta a su hermano, 14 de enero de 1799; 111, 368 s.)

La poesía despierta la apariencia de lo irreal y del ensueño, frente a la realidad palpable y ruidosa en la que nos creemos en casa. Y, sin embargo, es al contrario, pues lo que el poeta dice y toma por ser es la realidad...”

Aquí P (poesía, fantasía, irrealidad) funciona como elemento principal de lo tangible, lo que supuestamente existe por el simple hecho de que se puede ver que en este caso es R (realidad, la no ficción) elementos que chocan desmesuradamente con la realidad del poeta que aquí se expresa implícitamente. Lo que es primero tiene que estar y viceversa.

La cuestión del nexo que existe, después de este pequeño análisis entre Baudelaire y Holderlin puede notarse en el concepto de la necesidad de ser y existir, pero para que pueda suceder este contexto es necesario una coexistencia entre las letras y el ojo humano, entre la ficción que viene siendo el pensamiento y la realidad o “lo otro” como circunstancia que depara al cuerpo del ser humano.

Ese es el real lazo que une a estos dos escritores, la sensación de vivir en un mundo ilusorio que lo decodifica las metáforas e ideas de cada mano creadora que la crea a la vez otra invisible llamada tal vez necesidad de curarse a sí mismo, por así decirlo.

Puede decirse que estos escritores tratan de escribir lo que les va dejando la vida poniendo así que alguna existencia humana es ensueño de aquella.

Así se concluye que no se puede crear un “objetivismo” ilusorio en el estudio de los versos y su necesidad de estudiarlos por su dicción, y no en los textos. Ningún estudio visual, ni aun fotográfico podrá aclararnos un dominio constituido por actos puramente psíquicos de percepción rítmica.

Bibliografía

Baudelaire, Charles. “Pequeños poemas en prosa”. Editorial ICARIA Literaria. Barcelona 1987

Sagan, Carl. “Los dragones del Edèn”. Editorial Drakontos Bolsillo. Junio del 2006

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