Nunca pensé que la sangre fuera el viento y las nubes que le sirven de colchón. Fluye y se estaciona entre el precipicio de mis parpados, hulle y corre en la carretera de particulas que separan mi vista del cartél descansado que llaman vida, o realidad, o presente, o tiempo o nada.
Esperando las cicatrizes, haciendo musica las heridas. Mi sangre es un mar que nada sin prisa.
Esperando las cicatrizes, haciendo musica las heridas. Mi sangre es un mar que nada sin prisa.