viernes, 27 de febrero de 2009

Ridiculos, mi amor.

Supón que entre la calle que separa el bar y un sitio para soñar (un hotel) te hallas a una mujer con semblante "jazzistico", caminando formando cruzes y figuras sin sentido con los pies, calculando algún sitio en donde terminar su ingrata embriaguez que denota en los tenis "palomeados", que un jumento le mira con emocion y alguna barata incertidumbre mientras cuelga su movil, que no hay musica de "soplos"...hay musica de locos, que algun acordeón que traes en la cabeza canta una cancion con tintes melancolicos y bases que llaman a un ritmo de brincoteos, que dos personas cruzan al mismo tiempo la entrada del bar, que se miran el calzado, que se topan las pestañas que simulan no haberse visto; que huele a cerveza, que las risas en ese instante son parte de la musica, que la barra se adorna con aquella loca, que no paras de mirar, que talvez el azul del pecho le dio algun flash, que algun planeta se cruzó y que los dioses descuidaron tantito a los mortales, que algun pretexto para beber se convirtio en algun pretexto para dejar tantito la soledad y por consecuente tener algun contacto desconocido, extraño, contacto de extranjeros; que no sabes como matar a la lengua cuando la mente se vuelve sumisa y el corazon necio, que el tiempo no existió...que los ojos se cerraron y que quisieses que el tiempo se hubiera quedado asi, si pause.

Que en la calle esa por la mañana se veia la tristeza de no haber estado en pause, que te ahorraste tantas palabras y nubes de emociones, que solo un sabor hacia a los labios, que odiabas "hoy", que en un cafe refugiabas un sin fin de cosas, que mirabas para abajo veias los tenis, que veias despedidas. Que algo estaba roto. Que era de dia. Ah asi, que ahi estaba la vida.

-Es ridiculo, mi amor. Pero suponlo-