Mis dedos sobre tus ojos.

Te tapo tu mirada para que no veas como corro, ni como ilustro la partida de uno de los sueños eter en este charco sin barco. Solo para mi es este privilegio, este mìsero aire y este cigarro de titanes, soy un tren, un sillon, un puente, una copa tal vez; una minima casualidad para imposibles. Beso la mesura del tiempo y el destino indestinablemente bello, acaricio tus parpados y presiono los pupilos que intuyen, orgullosos pupilos de historia, orgullosos por tener memoria. Entonces dolerà desprender la seda que cobija los cristales de universo, habràs deseado asi haber tocado la nostalgia que partìa, los trozos de piel que mutaban y el sueño que nunca exististe. Si pues, mis manos seguiran haciendote de antifaz.